OBSERVATORIO DE JAVALAMBRE
A 1.957 metros de altitud, dos grandes y modernos telescopios del Observatorio Astrofísico de Javalambre del Pico del Buitre (Teruel) fotografían el cielo para conocer dónde y a qué distancia están las galaxias y elaborar así una cartografía del cosmos.
Se trata de un ambicioso proyecto que ha dirigido hasta su jubilación hace unos días Mariano Moles, quien ha sido desde sus inicios el director del Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón (Cefca), según explica este científico.
«Estamos hablando de más de 500 millones de galaxias», de «situarlas no solo sobre la bóveda celeste sino también con la profundidad y la distancia; ahí está toda la complejidad del problema». Y eso hará visible la parte oscura del Universo, esa que no emite luz y de la que poco se sabe pero que supone, destaca, la mayor parte del total.
Así, la materia oscura es la considerada como ordinaria, la que constituye los planetas, las galaxias «o nosotros mismos» y la energía oscura, que supone las tres cuartas partes del Universo, «no sabemos qué naturaleza tiene», pero muestra que el Universo se está expandiendo de manera acelerada, al contrario de lo que se pensaba hasta ahora.
El Observatorio de Javalambre y el centro de procesamiento de datos «están concebidos para estudiar de la manera más eficiente estos componentes». «Estudiar la geometría del Universo es equivalente a medir de qué está hecho el Universo», y con el cartografiado se podrá saber cuánto hay de energía oscura, cuanto de materia oscura, ordinaria y cómo funcionan. «El objetivo inmediato es el cartografiado pero porque nos abre el camino», sentencia Moles.
Un trabajo que necesita de tecnología puntera, como los dos telescopios que ya están funcionando en el observatorio, compleja y avanzada tecnología para conseguir potentes cámaras con las que fotografiar el cielo, y que pronto empezarán el trabajo sistemático de recopilación de datos.
El investigador rechaza con sólidos argumentos a quien pueda cuestionar las inversiones en este campo: «La astrofísica a nivel internacional es una disciplina con enormes inversiones, habida cuenta del número relativamente reducido de astrónomos que hay en el mundo», pero es que «está en la base de todos los cambios de civilización en la historia de la Humanidad».
Además, a corto plazo, «se traduce en desarrollos tecnológicos que sirven para que vivamos mejor, más tiempo y en mejores condiciones«, y el ejemplo de las vitrocerámicas de los hogares, desarrolladas a partir de los espejos de los telescopios, es solo una muestra.
Y a todo ello, el proyecto desarrollado en Teruel suma un tercer pilar, el de la divulgación y el desarrollo turístico, que ya recogen los propios estatutos de la Fundación que gestiona el Cefca, y que se materializará en la apertura de Galáctica, un centro en Arcos de las Salinas (Teruel) dirigido a los aficionados a la astronomía, desde niños hasta expertos.
«Enseñando astronomía a la gente, divulgando el conocimiento y haciendo que lo pasen bien se contribuye al desarrollo» de la comarca Gúdar-Javalambre, en la que se enclava el Observatorio y Galáctica, pero que va más allá, en un proyecto que traspasa todas las fronteras.